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Dentro de los equipos de seguridad en el trabajo encontramos el vestuario de protección o ropa laboral. Una ropa apropiada en el taller de reparación aporta a este muchos aspectos positivos, como son la identificación de los trabajadores, la imagen de marca, profesionalidad y por supuesto la seguridad en las tareas a desarrollar.
Es aquella que está destinada y diseñada para proporcionar protección contra los peligros externos ya sean lesiones o peligros contra la salud.
Las agresiones mecánicas contra las que está diseñada este tipo de ropa esencialmente consisten en rozaduras, pinchazos, cortes e impactos.
Este tipo está diseñado para proteger frente a agresiones térmicas (calor y/o fuego) en sus diversas variantes, como pueden ser las llamas, las proyecciones de materiales calientes y la transmisión de calor (conducción)
La ropa contra el frío está destinada a proteger frente a temperaturas ambiente comprendidas entre los -5ºC y -50ºC.
ProtegeN frente a radiaciones ionizantes como lo mandiles o guantes forrados de plomo.
En alta tensión se utiliza ropa conductora y en baja tensión se utilizan fundamentalmente el algodón o mezclas algodón-poliéster.
Está destinada a señalizar visualmente la presencia del usuario, con el fin de que este sea detectado en situaciones de riesgo, bajo cualquier tipo de luz diurna, o haz de luz artificial.
En función del tipo de riesgo dependerá la particularidad de que los materiales constituyentes de las prendas que son específicos para el compuesto químico frente al cual se busca protección, normalmente el factor decisivo es la toxicidad o peligrosidad de la sustancia por vía transcutánea.
Este tipo de ropa se utiliza en el campo de la industria alimentaria, medicina y tratamiento de residuos.
Según el Real Decreto 1407/1992, la ropa puede ir marcada con los siguientes elementos, según lo exigido en la norma UNE – EN 340: